¡Bienvenidos! Se acerca el inicio de un nuevo año y, por lo tanto, es el momento perfecto para reflexionar sobre nuestras metas y aspiraciones. Sin embargo, la clave para convertir esos sueños en realidades tangibles radica en la forma en que los planteamos. Hoy os doy unos consejos para ello.
SMART
Debes intentar que los objetivos que te planteas sean SMART, es decir, que sean…
Específicos:
Define claramente lo que deseamos lograr.
En lugar de decir “quiero hacer ejercicio”, sé más específico: “quiero correr 5 kilómetros tres veces a la semana”.
Medibles:
Establece criterios cuantificables para evaluar el progreso.
Por ejemplo, en lugar de “quiero ahorrar dinero”, puedes decir “quiero ahorrar $500 al mes”.
Alcanzables:
Asegurarse de que los objetivos sean realistas y posibles.
No tiene sentido que digas “quiero ganar la lotería”, porque eso no depende solo de ti, sino que influye mucho la suerte y es difícil de alcanzar.
Relevantes:
Preguntarte a ti mismo si el objetivo es importante y relevante para tu vida. Si no lo es, reconsidera y ajusta tus metas.
Define un Tiempo:
Establece plazos específicos para cada objetivo. Es decir, define cuando quieres conseguirlo, tal vez en un mes, antes del verano, en la próxima navidad. Especifica el tiempo en el que quieres haberlo conseguido. Esto crea un sentido de urgencia y te ayuda a mantenerte enfocado.
Organización de Objetivos
La organización es la clave de cualquier éxito. Para ello:
Crea un plan de acción:
Divide cada objetivo en pasos más pequeños y manejables. Esto facilita el progreso y te ayuda a evitar sentirte abrumado.
Prioriza objetivos:
Identifica cuáles son los objetivos más importantes y trabajar en ellos primero. Esto te ayuda a concentrar tu energía en lo que realmente importa.
Utiliza herramientas de organización:
Ayudará mucho si usas apps, agendas o incluso simples listas, que pueden ser herramientas poderosas para mantener tus objetivos organizados y visualmente accesibles.
Mantenlos en un lugar visible
Colócalos en algún lugar clave, como tu escritorio, armario, la puerta del frigorífico, etc. También puedes poner recordatorios automáticos en el teléfono u ordenador y compartirlo con amigos o familiares de confianza que te los recuerden continuamente.
La cuestión es que no deben caer en el olvido, sino que hay que ser constantes en ellos y persistir hasta conseguirlos.