¡Hola a todos! Hoy vamos a reflexionar un poco sobre varios temas respecto al Covid-19. ¡Empecemos!
¿Estamos en una situación difícil?
No lo creo
No todo en la vida se hace saliendo de casa. Comemos en casa, dormimos en casa, vemos la Tele en casa, estamos en el ordenador en casa.
Somos unos privilegiados de haber pillado la situación actual con tantos recursos y medios para entretenernos. Puedes buscar en Youtube vídeos que te dan muchas actividades para entretenerte en el hogar, seguramente encontrarás algo que te ayude.
¿Miedo a que un familiar fallezca?
Sé realista. Es mucho más probable para una persona mayor, morir de un cáncer o de otras razones que del coronavirus, muchas personas mayores que lo pillan lo sobrepasan. Y muchas otras no llegan a padecerlo.
Por otro lado eso no quita la gran precaución, distanciamiento y cuidado que hay que tener cuidando a personas mayores. Pero también hay que tenerlo con jóvenes y adultos.
¿Miedo a la soledad?
Vuelvo a decir, no sabes lo privilegiados que somos por el hecho de tener medios para comunicarnos con nuestro entorno de amigos y familia. Hoy en día, es casi como estar con ellos en persona, puedes enviar audios totalmente gratis, hablar por videollamada, etc.
No vas a perder tus amigos si mantienes el contacto con ellos y tarde o temprano este tema acabará
¿Deseando que esto acabe?
Todo tiene un final y tal vez este sea un final feliz para ti y los tuyos. Si no lo es, hay que asumir que la vida acaba tarde o temprano y agradece que no te ha pillado como una gran sorpresa.
Si acaba feliz, enhorabuena, todo volverá a la normalidad tarde o temprano. Pero recuerda que la felicidad no tiene que ser el destino sino el viaje y no te sientas que has pillado una etapa desafortunada, porque al contrario, eres más afortunado que ninguna generación pasada: la comida está accesible, el trabajo es más fácil y a nivel escolar y educativo, así como social, tienes medios que te ayudan mucho.
¡Hola a todos! Esta reflexión procede de una canción del cantante Rasel, junto con Jadel, llamada “Viven” y quiero compartir algunas de sus frases:
Tú relájate y déjate llevar. Que lo que sientas sea de verdad.
Y es que yo sé que la vida es dura. Yo sé que a veces las cosas nos superan. Pero hay que luchar hasta el final.
Pero qué pides hermano. El tiempo vuela y el cielo está despejado. Abre tus alas, no hay nada que meditar. Y si no sale es que no ha llegado el final.
Del canal de Youtube oficial de Rasel
Estas frases hacen reflexionar en varias cosas, como:
La constancia es necesaria
La constancia es algo importante para todos:
Un estudiante tiene que estudiar todos los días, o si no lo hace un día, recuperarlo al día siguiente
Un trabajador, tiene que dedicarse a su labor todos los días, no puede dejar abandonada su labor por distraerse o porque está cansado de la constancia y rutina en el mismo trabajo.
La salud requiere constancia, si no lo eres, las probabilidades de enfermar aumentan.
El tema económico también, no podemos gastarnos mucho dinero tras cobrarlo, hay que ir ahorrando para el futuro, pudiendo darse algún capricho, pero solo puntual.
El cuidado a los hijos y a los padres también requiere constancia, no pueden estar desatendidos unos días y otros sí estarlo.
Todo las responsabilidades en la vida requiere constancia, todo lo que es mejor para nosotros y nuestros seres queridos.
Consejo de tres pasos para mejorar la constancia:
Haz una lista de cosas en las que tienes que responsabilizarte, como estas que has visto y otras más (tareas del hogar, gestión del tiempo, etc.).
Pon al lado de cada una, del 0 al 10 cómo de constante eres en cada una de ellas. Posteriormente ordénalas por esa calificación.
Tras ello, busca en Internet, libros de autoayuda, revistas y otros medios qué puedes hacer para mejorar los que tienen la calificación más baja y plantéate cómo mejorarlos. Ya solo te queda intentar aplicarlos a tu vida.
Sobrevivir a las dificultades de la vida
Otra frase que dice la canción es “Hay que afrontar, ya sea para bien o ya sea para mal”.
Es decir, todos llevamos una mochila a cuestas, todos tenemos problemas que afrontar y hay que saber sobrevivir con ellos y darse cuenta de los privilegios que lo contrastan (comida, luz, ropa para vestir, etc.).
No hablo de la dificultad para conformarse con las cosas, sino de también, pararse a pensar “¿He hecho algo mal para tener este problema?” Si lo localizas, intenta corregirlo y no volver a repetirlo, aprender de él. Si ha sido totalmente mala suerte, algo involuntario, busca soluciones también, otras vías para poder recurrir. Si tienes una discapacidad o enfermedad, busca medios como médicos o psicólogos, que te ayuden. Si te falta dinero para una necesidad recurre al préstamo y conciénciate que tienes que ahorrar para ello, no hincharte a caprichos. Todo tiene solución excepto la muerte, pero antes de agobiarte por el problema, debes buscar las soluciones.
Procastinación y replanificación
Por muy responsables y gestores del tiempo que seamos, todos tenemos una cierta tendencia a la procastinación, porque es lo que nos da comodidad.
Una serie de consejos respecto a este tema:
Planificación: este es uno de mis puntos fuertes y te puedo decir que la planificación ayuda mucho a coger compromiso y a responsabilizarse en todos los campos, eso sí, trata de cumplir lo planificado, no has de apuntarlo y no volverlo a mirar.
Recordatorios: Aparte de apuntarlo en una agenda puedes hacer muchas cosas para ello: ponerte una alarma, marcarte un margen en el que digas “a esta hora tiene que estar realizado”. También puedes tener un cartel en la zona de tu casa en la que más horas pases, con una lista de tareas diarias, semanales y mensuales, para tenerlas a la vista. Eso no es de inmaduro, sino de responsable.
Distribución: está bien establecer prioridades y distribuirse, no hacer una única tarea al 100%, sino ir haciendo cuatro al 25%, para que las tareas no se queden en el tintero.
Replanificación: también es importante, no obsesionarse con la gestión del tiempo, no siempre da tiempo a todo. Aunque el plan haya sido realista, surgen imprevistos y la gestión del tiempo incluye también el hecho de poder replanificar ante los imprevistos y tener una buena actitud con ellos. Aún así, no hay que abusar de esto, si tienes tiempo, intenta ponerte manos a la obra y no dejarlo para luego.
Si se tiran a un río ¿Tú lo harías?
Es un dicho muy típico, pero vamos a reflexionar un poco en él.
A veces, hay que satisfacer a los demás o encajar en la sociedad, por lo que en ciertos contextos sí que es correcto hacer lo que los demás hacen, hay que analizar el contexto.
Sin embargo, esto no quiere decir que la realización de una acción por otros implique que tú también lo hagas. Todos somos personas y hacemos a veces las cosas bien y otras veces mal, nadie es perfecto, por lo que nadie es un ejemplo a seguir en absolutamente todo ni hay que hacer lo que los demás hagan siempre, hay que analizar si nos conviene.
También está el típico caso de decir “todos los hacen, pues yo también lo hago, si los hacen todos será porque está bien o de moda”. No, eso no es así siempre, hay que plantearse lo siguiente:
¿Por qué lo hacen? ¿Me conviene a mí en mi situación? ¿Me afectará para bien o mal?
A partir de ahí, hay que decidir qué hacemos y ponerlo en práctica.
Os recomiendo escuchar la canción y pararos a poner estos consejos en práctica. Porque algunos viven pero no van y no lo encontrarán.
¡Hola a todos! He posteado muy seguido, pero me apetecía compartir con vosotro esta reflexión. El próximo lo publicaré la semana que viene. Son fechas en las que voy a postear algo más de lo normal, en octubre lo haré algo menos.
Me apetecía compartir una experiencia personal de la niñez en mi época de ser acto de bullying y como son días previos a septiembre, quiero ayudar a los jóvenes, padres y profesores con un tema específico del bullying, que es aprovecharse del débil.
Por cierto, la de la foto principal soy yo de pequeña 😉 Si véis una foto mía en ella, significa que el post está muy enfocado a lo personal.
En la ESO, recuerdo que a un compañera con la que me llevaba muy bien y no estaba económicamente bien, me ofrecí a imprimirle los apuntes de un tema de una asignatura y pagárselos yo, para que a él no le costaran dinero. Allí estaban otros compañeros escuchándonos, incluidos muchos que se solían reír de mí y hacérmelo pasar mal. Algunos de ellos empezaron a decir: «¿Me los imprimes a mí también?» y yo por miedo a que me dijeran algo o se rieran de mí acepté. 7 son en total los compañeros a los que les imprimí las fotocopias de aquel tema, gastándome yo el dinero y posteriormente se las dí. Todos ellos cumplían el perfil del estudiante que faltaba mucho, que no estudiaba en su casa y que había repetido varias veces, algunos tenían 3 o 4 años más que yo, que nunca he repetido. Yo me gasté el dinero en apuntes que pertenecían a malos estudiantes, para escapar de que se metieran conmigo en esa situación, es decir, no ser ese momento acto de bullying.
Ha habido muchas situaciones similares así en la vida de todos, situaciones en las que hemos sido perjudicados por el bien ajeno, por no discutir o evitar problemas.
Este asunto nos hace salir perdiendo. En referencia a este ejemplo, podría haberles dicho: «no, son tus apuntes». Me hubieran dicho «¿A ella sí y a mí no? ¿Por qué? ¿Quieres pelear conmigo o qué? Que poco honesta eres, no piensas en los demás, solo en ti misma». Si les hubiera dicho algo a los profesores, tal ves hubiera recibido el comentario «eres una chivata», cuando hayamos salido de la clase y era una época en la que los profesores me enseñaban y trataban bien, pero no me defendían ante las malas actitudes de mis compañeros.
Os quiero hacer una pregunta:
¿Qué hubiérais hecho y dicho ante esta situación?
Dejádmela en los comentarios.
Obviamente, está en el pasado, no me afecta prácticamente nada en el presente, simplemente he querido compartirla y sobre todo quiero que si algún padre, profesor o joven que sea acto de bullying, ve este post y vuestros comentarios, pueda recibir consejos ante situaciones así, antes de que empiece septiembre.
Hola a todos. Hoy inaguro la nueva sección de «Reflexiones», en la que redactaré y compartiré mis reflexiones propias. Empezamos hablando sobre la dificultad de conformarnos con lo que hay.
¿Por qué nunca nos conformamos con lo que tenemos?
Esa es una eterna pregunta sin una precisa respuesta.
Esta es una característica humana de por vida, desde que nacemos, queremos cosas que no tenemos, la diferencia es que los niños lo expresan y lo solicitan hasta conseguirlo, luchan por lograrlo y lo expresan. La madurez nos enseña a ser educados y a no insistir, aunque lo deseemos.
Sin embargo, siempre va a haber alicientes que nos desesperen: los alumnos que nos implicamos en los estudios, nunca nos conformaremos con nuestras notas, aunque sean buenas, queremos sacar siempre notas mejores, no valoramos que estamos sacando los estudios adelante. En el trabajo, no valoramos el hecho de que tenemos un trabajo, sino cosas como que tenemos pocas vacaciones, si no ganamos económicamente lo que merecemos o simplemente si hay un trabajo que nos gustaría más todavía.
Todo esto es porque el humano tiene la tendencia de, cuando algo positivo es habitual en su vida, restarle valor y no alegrarse por ello y cuando lo pierde, darle su importancia y extrañarlo.
Esto pasa con todo, por ejemplo a los seres queridos, a veces los criticamos aunque los queramos y no hablamos tanto de lo positivo de ellos, sin embargo cuando fallecen los extrañamos mucho y no nos atrevemos a criticarlos ni aceptamos que los critiquen. No valoramos su presencia y extrañamos su ausencia.
No vengo a hablar hoy de extrañar a los seres que fallecen, sino de la falta de conformidad en general.
¿Qué se puede hacer?
No sé si habrás oído la canción de la película infantil El Libro de la Selva, llamada «Busca lo más vital». Nos educa a pensar que hay que buscar lo muy esencial, para vivir sin batallar y la naturaleza nos lo dá.
También me viene una canción del rapero Porta, llamada «Tras el Cristal». Que contiene frases como «Porque la vida no hay siempre que tomársela mal. Hoy los problemas se quedarán detrás del cristal. Quédate con lo positivo lo demás da igual. Todo sueño puede acabar siendo real.» O «Valora lo que tienes, porque hay quien no tiene nada. No hablo de lo material, va mas allá de las miradas». Justo esto es lo que hay que hacer.
Aquí una serie de consejos:
Párate todos los días un rato a pensar qué cosas tienes que agradecer de tu vida. Puedes pensarlo en tu mente y si te animas apuntarlo sobre un papel. Cosas como «tengo dinero suficiente para poder comer, tengo luz en mi hogar, mi familia me quiere, tengo ropa, estoy vivo, etc.» Haz una lista extensa y léela cada vez que estés de mal humor o te sientas desagradecido.
Puedes deshaogarte puntualmente con tus seres queridos, pero también tienes que decirles las cosas que valoras, por muy simples que sean, a veces, compartir los problemas ayuda a sentirse acompañado y apoyado, pero también puede generar la sensación de agrandar el problema, por lo que, igual que compartes estos problemas, comparte también lo positivo, para que esa felicidad aumente.
Y sobre todo, haz una compensación mental, saca a todo lo que surja en tu vida tanto pros como los contras y valora a ambos como se merecen. Si te pasa algo bueno, ni te agrandezcas e ilusiones demasiado, ni desagradezcas o infravalores las cosas. Si te ocurre algo malo, a parte de compartirlo, analiza lo que has aprendido de ello, reflexiona y saca nuevamente: pros y contras:
Un suspenso, tiene recuperación y te ayudará a reforzar tu aprendizaje.
La ruptura de una relación, genera libertad, tiempo libre, te hará más fuerte, finalizarán muchas discursiones y conocerás algo mejor lo que realmente estás buscando.
Y todo siempre es así.
La vida es muy bonita, hay que disfrutarla. Todos tenemos momentos en los que estamos mal, lo único que hay que hacer, es que estos no repercutan de cara al futuro a empeorar tu vida, tan solo a mejorarla y a lograr lo que estás buscando. Cuando lo consigas, valóralo, no estés en el subterráneo ni en las nubes, todos tenemos que mantenernos sobre la tierra.
¿Estáis de acuerdo con este asunto? ¿Qué os ha parecido esta reflexión? Espero que os haya gustado. Dejadme vuestra opinión en los comentarios.