¡Hola a todos! Hoy os aporto mi primera redacción en el blog.
Hace poco, realicé una encuesta en Facebook, en la que ganó que la temática que publicara, no tuviera relación con la Superpoderosa Selección Española (el proyecto de escritura que tengo para un futuro). Así que, tras pensar en qué publicaría, decidí empezar por algo que publiqué hace unos meses en mi Facebook, pero hasta ahora no ha sido compartido con personas que no me conozcan. Y se trata de una dedicatoria sobre un abuelo mío que recientemente falleció, pero antes, os aporto un poco de información sobre él.
¿Quién era él?
Nacido en 1929 y fallecido el 14 de abril del 2018. Básicamente es una de las personas más pacientes que ha habido sobre la faz de la Tierra.
Es un claro ejemplo de que las antiguas generaciones, tienen cualidades que nosotros no poseemos por lo general. Y es que actualmente, como nos lo regalan todo, la realidad es que mayoritariamente, nos quejamos con facilidad.
Independientemente de que sea mi abuelo, esto una realidad. Porque él ha tenido mucho que aguantar. Y aún así, siempre ha sido una gran persona, una de las mejores personas que he conocido.
Por todo esto, siempre lo he querido. Cumplió 89 años, poco antes de fallecer. Y quiero compartir con ustedes mi dedicatoria para él, que le escribí nada más perder la vida.
«¡Adiós abuelo!»
¡Ay Dios Mío!
Ya he perdido a tres de mis seres más queridos…
El padre, el hijo y el espíritu santo,
como diría el recién fallecido
Aquel hombre mayor…
con 89 recién cumplidos…
que desde su demencia…
Mantenía su gran corazón
Pocos hombres ha habido tan inteligentes
y a la vez con tan gran corazón
que aguantaba lo que se le pusiera en su camino
y que mantenía su paciencia, bondad y cariño
aquel hombre experto en cálculos
que era aspirante a cura…
compatibilizando religión y fútbol
a pesar de ser murcianista
y apoyando a toda la familia
así como seres queridos…
No llegó a los 90… muy lástimamente…
Ha sido inesperado, muy rápido, no éramos conscientes…
y aunque he vivido sus últimos 19 años,
en los que cada vez estaba peor mentalmente…
Y la quejica de mí… todo quiere agradecerte…
Adiós Abuelo… ¡Hasta siempre!
